IGP y BH-VT: las credenciales que distinguen al Rottweiler de trabajo.

💡Actualización BH-VT e IGP 2025: Seminario de Capacitación en Ecuador

 

Desde tiempos remotos, el perro ha sido mucho más que un simple animal de compañía: ha sido un aliado fundamental en la evolución de la humanidad, a lo largo de más de 35.000 años de convivencia, esta relación se ha convertido en una responsabilidad para el ser humano, quien debe velar tanto por el bienestar físico como emocional de su compañero canino, en este sentido, como especie social, el perro requiere no solo alimentación y cuidados médicos adecuados, sino también ejercicio, actividades que estimulen sus instintos naturales y oportunidades constantes de interacción y cooperación. En la actualidad, muchos de los trabajos que históricamente realizaban los perros han desaparecido, sustituidos por la tecnología, sin embargo, su necesidad de actividad y de un propósito sigue intacta, en este contexto, para responder a esta necesidad, disciplinas como el adiestramiento de obediencia, el rastreo y otras modalidades deportivas resultan esenciales, estas actividades no solo canalizan su energía de manera positiva, sino que también fortalecen el vínculo con su guía. El éxito en la convivencia y el entrenamiento canino exige un enfoque respetuoso y honesto, basado en la comprensión de las capacidades y la naturaleza de cada perro; la motivación, la voluntad de cooperación y el trabajo en equipo son pilares fundamentales para lograr una relación armónica, donde el deporte canino y la vida diaria confluyen en beneficio mutuo.

Hablar de Rottweilers es hablar de potencia, equilibrio y trabajo funcional. Sin embargo, más allá de su imponente presencia física, existen tres evaluaciones fundamentales que distinguen a un perro promedio de un verdadero ejemplar apto para el trabajo: BW,  BH-VT y el IGP, el WB, que es una prueba de carácter, la cual se realiza desde los 9 a los 13 meses. Estas siglas, que pueden parecer técnicas para muchos, representan pilares esenciales en el mundo del adiestramiento canino deportivo, especialmente para razas como el Rottweiler, cuyo origen está profundamente ligado al trabajo controlado, la obediencia y la disciplina bajo presión.

Para comprender mejor las diferencias entre ambas pruebas, es importante partir por el BH-VT, sigla de Begleithundprüfung-Verkehrsteil. Esta evaluación combina dos componentes: la prueba de obediencia básica (BH)  y la prueba de comportamiento en tráfico y situaciones urbanas (VT), las cuales se realizan a partir de los 15 meses del animal. A diferencia de lo que ocurre en pruebas que miden habilidades físicas extremas, el BH-VT pone a prueba aspectos esenciales como el temperamento del perro, su estabilidad emocional y su capacidad de convivir en ambientes urbanos. Así, el perro debe demostrar que puede caminar junto a su guía de forma controlada, responder a órdenes simples, ignorar distracciones como bicicletas, peatones, automóviles o perros, y mantener la calma ante estímulos diversos.

Este primer nivel no solo verifica la obediencia básica, sino que además certifica que el ejemplar posee el equilibrio emocional necesario para vivir en sociedad. De hecho, superar exitosamente el BH-VT con 42 puntos de los 60 posibles, es un requisito indispensable para acceder a niveles de entrenamiento superiores como el IGP, donde se evalúan habilidades más complejas de rastreo, obediencia avanzada y protección controlada.

Es importante destacar que la prueba de BH-VT no solo evalúa obediencia y socialización, sino que también parte del principio del bienestar animal. Para ello, se exige que los ejemplares presenten certificados de salud, como las placas radiográficas de cadera y codos, las cuales pueden realizarse a partir de los 12 meses de edad. Además, las nuevas reglamentaciones que entrarán en vigencia en 2025 introducen cambios sustanciales en el recorrido de las pruebas y en el sistema de puntuación por cada ejercicio de obediencia.

Por ejemplo, anteriormente el primer nivel de ejercicios en obediencia con traílla —conocido tradicionalmente como "Fuz"— otorgaba 15 puntos. Sin embargo, con la actualización, ahora se asignan hasta 30 puntos, lo que resalta la importancia de esta fase básica en el desarrollo del perro utilitario. Si deseas profundizar más en estos cambios y conocer los detalles del nuevo circuito y evaluaciones, puedes consultar el Reglamento Interno para Perros de Utilidad IGP haciendo click aquí.

Una vez superada esta etapa, se abre el mundo del IGP, anteriormente conocido como Schutzhund o IPO. Este reglamento internacional, creado en Alemania para evaluar de manera integral a los perros de utilidad, se ha convertido en el estándar de excelencia en el trabajo deportivo canino. El IGP está compuesto por tres fases: rastreo, obediencia y protección. Cada una refleja aspectos distintos pero complementarios del potencial del perro.

La primera fase, la de rastreo, pone a prueba la concentración y el olfato del ejemplar. Aquí, el perro debe seguir un rastro humano colocado previamente, en terrenos naturales, durante un tiempo determinado. Este ejercicio no solo mide su capacidad de detección, sino también su perseverancia y control emocional. Luego viene la fase de obediencia, donde se ejecutan ejercicios que van desde caminar al lado del guía sin correa, hasta responder con precisión a comandos de sentarse, echarse, acudir al llamado o superar obstáculos. Finalmente, la fase más intensa y llamativa para muchos espectadores es la de protección. En esta parte, el perro debe localizar a un “figurante”, ladrar para alertar, proteger a su guía y ejecutar mordidas controladas —todo esto sin perder nunca la compostura ni desobedecer una orden de su manejador.

A diferencia del BH, el IGP se estructura en tres niveles progresivos —IGP 1, 2 y 3—, donde cada etapa demanda mayor preparación, resistencia y precisión. Alcanzar el nivel 3 es considerado uno de los mayores logros en la carrera deportiva de un perro, y no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Implica años de entrenamiento y una conexión profunda entre el perro y su guía.

Comparar ambos sistemas es necesario para entender su rol dentro del mundo de la crianza. Mientras el BH puede considerarse una prueba de estabilidad emocional básica, el IGP representa el desarrollo completo del perro de trabajo. En términos de evaluación, el BH es el filtro de entrada, el examen de acceso que asegura que el ejemplar es mentalmente apto. El IGP, por su parte, es el diploma de honor, la prueba que sella la excelencia funcional de un perro.

En Europa, sobre todo en Alemania, estos títulos no son opcionales sino parte del sistema de control de calidad de la raza. Muchos criaderos exigen al menos BH para sus reproductores, y valoran enormemente a aquellos que tienen IGP 2 o 3, ya que representan una genética trabajada, probada y comprobada bajo presión real. Lejos de ser solo pruebas de competencia, el BH y el IGP son, en esencia, el reflejo más puro de lo que significa un perro de utilidad: uno que no solo luce bien, sino que sabe comportarse, proteger, rastrear, obedecer y trabajar en armonía con el ser humano.

BH VT en Ecuador

La crianza y formación de perros de trabajo en Ecuador ha dado un paso importante gracias al esfuerzo de organizaciones comprometidas con la excelencia. En este contexto, la ACOA Ecuador (Asociación de Criadores de Perros Ovejeros Alemanes), fundada en 1981 bajo el nombre original de APPA (Asociación de Propietarios de Pastores Alemanes), se destaca como el único organismo que impulsa de manera seria y sostenible el desarrollo de ejemplares aptos para obtener los títulos BH e IGP.

Desde su creación, ACOA Ecuador ha trabajado no solo en la promoción del conocimiento especializado, sino también en la organización de cursos, talleres y actualizaciones permanentes. Aunque su enfoque principal es el Pastor Alemán, su impacto positivo en el fortalecimiento de los estándares de otras razas de trabajo ha sido igualmente significativo. Así, se ha convertido en un referente para aquellos criadores y adiestradores que buscan mejorar sus programas de formación canina.

Como parte de este compromiso, el pasado sábado 26 de abril de 2024, se llevó a cabo en las instalaciones de la asociación un importante seminario de actualización sobre BH-VT e IGP, centrado en las modificaciones previstas para el año 2025. La jornada fue dirigida por el Sargento Fernando Espinel, reconocido por su vasta experiencia y su habilidad para transmitir conocimientos de manera clara y amena. Con un enfoque teórico-práctico, Espinel explicó el nuevo circuito que deberán enfrentar los aspirantes al BH-VT, desglosando detalles técnicos y estratégicos esenciales para su correcta ejecución.

El seminario no solo destacó por su contenido técnico de alto nivel, sino también por la conexión lograda entre el ponente y los asistentes, convirtiéndose en una de las mejores jornadas de capacitación vividas en este ámbito. Esta combinación de conocimiento profundo, .